El I encuentro intercentro de la Fundación Spínola en Montilla
Este evento tiene lugar cada año en uno de los centros educativos que tiene la Fundación Spínola en España. En él, participaron más de 800 alumnos de 5º y 6º de primaria.
En palabras de Aurora Mª Márquez Ruiz, directora del colegio La Asunción:
Los sueños se hacen realidad, hace más de cien años soñaron que sería posible cambiar el mundo desde la pequeñez y hoy por hoy, ese sueño sigue estando vivo. La muestra fue el pasado fin de semana, en Montilla. La oportunidad y la suerte de pertenecer a este sueño, de colaborar en él, es para mí un gran honor.
Cada instante ha sido mágico, donde niños, jóvenes, y no tan jóvenes, hemos sentido la gran familia que somos.
Alguien soñó con un encuentro de familia, como ocurrió en su momento y este es el resultado de una obra bien hecha. ¡¡Y muy bien que ha quedado!! Los preparativos han sido muchos, detrás un gran equipo con ideas fantásticas que ha salido a las mil maravillas.
Una llamada de teléfono nos llegaba en todo el lio de comenzar con un nuevo curso, con nuevas ilusiones, nuevos proyectos, nuevos retos… y UNO MÁS, nos proponían. Quizás fue las ganas de hacer familia, de sentir que cuando uno pone corazón se llega lejos, lo que hizo decir sí, a esta nueva aventura, ¡casi sin pensarlo! Aunque ni imaginarme podía, la magnitud de tal acontecimiento, este ha sido movido por unos hilos, los de Dios, sin EL no hubiese sido posible, sin el encuentro íntimo del día a día con El. Esto ha hecho que acontezcan momentos como el que hemos tenido la oportunidad de disfrutar, vivir, sentir…
Esos primeros días hasta tomar conciencia real, del sí, que tan ligera había dicho, me venían miles de preguntas…pero las que más me resonaban era ¿por qué nos lo proponían? ¿cómo lo haríamos? Somos uno de los colegios más pequeños, con una realidad de cambios… fue entonces cuando comprendí, la gran oportunidad que nos brindaban, era el momento de demostrarnos que lo pequeño se crece ante los retos.
Al comunicarlo a nuestro equipo, el resonar era: ¡¡que locura!! ¿Pero aquí? ¡No es posible, no tenemos medios! ¿Estáis seguras? ¡¡QUE LOCURA!!… ¡¡BENDITA LOCURA LA QUE NOS HA LLEGADO!!!!! Nos ha unido como equipo, todos hemos tenido espacio para dar, han generado momentos de reflexión, de encuentro entre los distintos grupos de la comunidad educativa y fuera de ella, encuentros con el Señor.
Nos poníamos manos a la obra, llamadas de teléfono, escritos, reuniones… ¡¡qué gran suerte hemos tenido siempre!! encontrábamos una persona cercana que abría puertas, que nos hacía más llevadero estos preparativos y que nos han aportado mucho, en todos los sentidos.
Todo estaba casi listo…¡¡ llegaba el momento, y qué pellizco, qué inquietud…!!! lo único que venía a mi mente era una frase, “Señor aquí estamos dispuestos a lo que tú quieras”. Una mezcla de nerviosismo, ilusión y responsabilidad inundaban a todas las personas que nos encontrábamos en el Colegio. Los niños, sus caras de asombro eran espectaculares, sus comentarios eran ingeniosos y su corazón trotaba … algo grande estaba ocurriendo en ellos. Los colaboradores, religiosas, padres, AAAA, profesores, animadores y monitores, más nerviosos si cabe, de ver el revuelo de familia que se estaba generando. No hay palabras para describir ese momento en el que los niños entraban por la casa del Conde, con la atenta mirada del Señor de la casa, Nuestro Sagrado Corazón, e iban colocándose por cualquier rincón, ¡qué calorcillo de familia Spínola se notaba!
Y parecía que no habría espacio para uno más … pero lo hubo. La gran velada, el primer momento juntos en el pabellón, era como un corazón gigantesco latiendo a un ritmo acelerado. Vibramos en cada minuto, aunque tengo que decir, que para mí el momento de más disfrute, fue la oración, cómo nos recogimos, cantamos y oramos en torno al Santísimo . Fue uno de los momentos más indescriptibles, los cantos nos acercaban cada vez más a Dios, en mi retina permanece esa imagen, el Señor en lo más alto, cada uno que allí estábamos, con la atenta mirada puesta en Él, ese corazón que expresaba gratitud con un canto que quería llegar al cielo… y estoy segura que llegó al Corazón de Dios.
En la tranquilidad de la noche, aun cuando el cansancio podía conmigo, más era la inquietud que tenía, no me permitía dormir, tuve oportunidad de compartir con el Señor, lo que allí estamos viviendo, vinieron a mí, la presencia viva de nuestros fundadores, ellos pusieron en el centro a Jesucristo, como se había hecho en esa noche, tuve muy presente a la Congregación y la Fundación, pensaba como Dios ha ido guiando todo, con mimo y delicadeza, en cuantas personas han hecho posible seguir adelante, reflexionando, creando y creciendo. Hubo espacio para pensar en cada una de las personas que dormían bajo aquel techo, cuantas situaciones habían dejado atrás… y todos estábamos bajo la atenta mirada y protección de nuestra Madre Inmaculada, Ella siempre Madre, que espera, que acoge, que vela por sus hijos, ¡una gran serenidad invadía la noche y mi corazón!
¡Y llego la mañana y con qué fuerza!!!
Todo estaba a punto para disfrutar del día de encuentro, la oración de la mañana (comentaban algunos padres que ayudaban, “ya quisiera yo haber tenido la oportunidad de vivir en esta familia en mi infancia”) y que bien preparado, que buena predisposición por parte de todos. era una sonrisa de tras de otra, unos buenos días cargados de gratitud. En las actividades de la mañana todos involucrados en lo que hacían. Me quedo con el comentario emocionado de una familia que se acercó al colegio y nos dijo: “esto sí que es una familia, la familia Spínola tiene mucho que dar”.
Poco a poco nos acercábamos a uno de los momentos centrales, cientos de niños iban al encuentro con el Señor, una vez más, por esas calles que apenas se veía un adoquín. Que serenidad, recogimiento y emoción en la eucaristía, todos entendíamos que en el centro estaba nuestro Señor y que en EL todo es posible.
¡Una comida de compartida, a gran escala! La previsión no parecía haberse hecho bien, tantas personas y la cantidad que había parecía poca, me recordó a la multiplicación de los panes y los peces. Pudimos reponer fuerzas, compartir entre niños y adultos que apenas se conocían y eran una familia.
Se acercaba el final, una tarde de gimkana, el pueblo de Montilla veía el ir y venir de niños, resonaban la buena organización, la educación y el saber estar de estos niños. ¡¡¡Qué bien se han portado!!!! Que gran implicación la de los animadores, monitores, profesores que acompañaban a los niños.
Con confusión de sentimientos vivimos el final… risas, disfrute, bailes, cantos, por otro lado, la pena de que llegaba a su fin ¡Que corto se ha hecho! TODOS NOS HEMOS QUEDADO CON GANAS DE MÁS. ESTE PRIMER ENCUENTRO NOS HA SERVIDO PARA TOMAR CONCIENCIA DE LA GRAN FAMILIA QUE SOMOS Y JUNTOS HAREMOS COSAS GRANDES.
En estas líneas os quiero hacer llegar el agradecimiento de muchas personas que se han acercado al colegio, para felicitar a la familia Spínola. Algunas incluso después de muchos años de desconexión, han vuelto a vibrar, se ha generado reencuentro.
Solo me queda agradecer y agradecer, a Dios que mueve nuestros hilos y hace que los sueños se hagan realidad. Con Él todo es posible.
A nuestros fundadores por soñar, buscar y construir las redes que hoy siguen estando vivo ese Gran Proyecto.
A cada una de las personas que han hecho posible que este sueño salga adelante. Gracias a todos los que habéis estado acompañándonos en presencia y desde la distancia, desde el silencio y la participación activa.
MI AGRADECIMIENTO a la Congregación, a todas las religiosas que se han hecho presentes, antes, durante y después con llamadas, WhatsApp, mensajes, etc., gracias por vuestras oraciones. ¡GRACIAS!
¡GRACIAS ¡Al Equipo de Titularidad, al ámbito Pedagógico-Pastoral, a Luis de Imagen y comunicación! Detrás de cada uno hay un gran equipo y mucho corazón, ¡¡gracias por estar cerca, acompañándonos, escuchándonos y hacer todo con Sentido!
Gracias al equipo coordinador del encuentro, con Hna. Sandra a la cabeza, ¡¡qué gran equipo!!!!, con que mimo han ido elaborando cada minuto de este encuentro. ¡¡¡GRACIAS por hacernos disfrutar junto al Señor!!
Gracias a los equipos de profesores, animadores monitores de cada lugar, habéis facilitado cada paso que se daba, siempre con un gesto amable y disponibles ¡GRACIAS!
Gracias a las distintas entidades: Ayuntamiento en sus diferentes áreas, cultura, deportes, medio ambiente…, policial local, protección civil, guardia civil, Cáritas, La Parroquia de Santiago… A todas las empresas que han colaborado de una u otra manera, a los medios de comunicación que han cubierto este evento. ¡Gracias por cuidar de la seguridad y comodidad de todos!
Al equipo de Montilla, ¿¿qué decir?? Superiora, a toda la comunidad religiosa, Profesores, AMPA, padres y madres, AAAA, niños, personal de limpieza y administración, que han vivido desde la disponibilidad y la gratuidad. ¡¡¡GRACIAS, GRACIASSSS!!!
Ha sido una experiencia que me ha acercado más al Señor, a los Fundadores, a la Congregación y a la Fundación, sintiendo que todo es posible. MIL Y MIL GRACIAS DE CORAZÓN, por pensar y apostar, por este Proyecto y hacedlo realidad en esta vuestra- nuestra casa.
¡¡Bendito sueño, bendita locura, bendita familia Spínola …!! “que mi hija (educadores, alumnos, padres, AAAA…) y los hijos de mi hija y los sucesivos… vivan esta locura y se impliquen en ella, haciendo de este mundo, un mundo con más corazón”.