Mayo: el mes del Sí, el mes de María

Aquel SÍ de María fue un Big Bang, en este caso para el nacimiento del cristianismo. No había apóstoles, iglesias, Papa… no había nada y, entonces, una chispa que fue aquel Sí: “Hágase en mí según tu palabra”. 

Esa Mujer vio nacer lo más grande que puede ser traído al mundo… Dios mismo haciéndose hombre. Su mayor entrega tuvo su mayor premio, un premio desproporcionado porque todo lo que viene de Dios es desproporcionado y desmedido.

Su prima Isabel fue de las primeras seguidoras incondicionales de la Madre de Dios y de todos. En nuestro colegio, Don Fernando nos hizo prestar atención a estas palabras en la Eucaristía previa a la Coronación de la Virgen: ¿Quién soy yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor?

Un mes especial para las Esclavas

El ejemplo que la Madre del Señor dio con su entrega confiada sigue siendo modelo para todos y alimento diario. Marcelo Spínola se alimentaba cada día del fruto del vientre de María hecho Corazón y entregado para nuestra salvación. Su admiración por el Corazón de Jesús era enorme y le movió a cumplir uno de sus grandes sueños: fundar junto a Celia Méndez la Congregación de Esclavas del Divino Corazón.

Desde el principio, las Esclavas celebran durante el mes de mayo el mes de María y, en todos los centros bajo su carisma, que forman parte de la Fundación Spínola, es: por un lado, un momento de recuerdo y homenaje, de reconocimiento a tanto amor por otro y, por último, cómo no, es una nueva oportunidad para seguir su modelo de persona como un referente para todo Cristiano.

Encuentros que reconfortan

En La Asunción, otro año más hemos vuelto a hacer, a diario, un recorrido por la vida de María. Su ejemplo nos ha hecho mirarnos a nosotros mismos y en la comparación nos hemos sentido, a veces, muy distantes de Ella.  A pesar de esto, después hemos mirado sus ojos, le hemos pedido que interceda por nosotros y la distancia que, a veces, parece insalvable por nuestras debilidades mundanas, y se convertía en una mano que nos rozaba y nos reconfortaba y animaba a empezar de nuevo con más ganas.

Ofrendas florales y canciones a la Virgen han inundado el colegio durante este mes. Aroma a flor sumado a oración en forma de canto en voces inocentísimas como las de los pequeños de infantil que cada mañana iban a la gruta a encontrarse con María. Toda nuestra comunidad educativa en movimiento por una sola mujer. Y los mayores en la capilla, sabiendo muy bien lo que hacían, se han encontrado cada día con ella, le han rezado y le han cantado cada mañana.

“Lo afortunados que somos de tenerla como Madre”

Si hay un curso que ha vivido este mes de María de una manera más intensa si cabe, ese ha sido cuarto de secundaria. Ellos han escrito sobre lo que ha supuesto este mes de mayo en su último curso como estudiantes del centro. Inma y Daniela han representado a sus compañeros y nos han dedicado estas palabras:

“Este mes de María, para nosotras, ha sido muy importante y especial ya que es el último que estaremos dentro del colegio. Gracias a él, durante todos los días nos hemos podido preparar para, en nuestro último, año coronar a nuestra Madre. En cada ratito en la capilla, hemos podido reflexionar y darnos cuenta de lo afortunadas que somos de tenerla como Madre y el tener un colegio que nos enseñe a ser como Ella. Durante estos 13 años, gracias al mes de María, nos hemos acercado más a Ella y hemos intentado parecernos un poco más a María. Damos GRACIAS por brindarnos esta oportunidad y por todos los años a su lado”.

Estas alumnas, en representación de su grupo de clase, dan las gracias como María dijo Sí. En el fondo, ambas palabras son casi lo mismo, ya que proceden del corazón y, como muy bien supo Marcelo, el corazón es el origen del todo… ¡un auténtico BIG BANG!

Francisco Moreno, profesor

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